Microciclos y macrociclos

Uno de los aspectos que quizá hagan de Natural Trainers una experiencia motivadora y agradable es su forma de trabajo por bloques mensuales, a los que podríamos llamar microciclos. Planificar la actividad física de esta manera consigue que cada mes terminéis desfogando todas vuestras energías, para comenzar el siguiente de una manera más relajada y pausada. Los primeros días de cada mes se procede a enseñar los diferentes movimientos que se van a ir trabajando, en las llamadas sesiones de instrucción. Éstas se intercalan con las sesiones de circuito conforme pasan las semanas, que profundizan en la asimilación del ejercicio y suelen ser más fructíferas a causa de su ritmo vertiginoso. Finalmente, se acaba el mes con una prueba de esfuerzo, una evaluación de las capacidades, una valoración de cuánto se ha mejorado desde el anterior mes, gracias a las sesiones de fase final. Este proceso de aprendizaje, entrenamiento y competición, es una de las formas de trabajo que mejor repercuten en el equilibrio tan ansiado que busca nuestro cuerpo.

 

Por otra parte, movimientos y materiales se van alternando entre sesiones y meses, para evitar que el cerebro pueda caer en la idea errónea de conocer la tarea. Un estimulo imprevisible consigue un mayor trabajo a nivel cerebral que uno conocido o rutinario. Esto también es aplicable al consumo energético de la musculatura y a su capacidad. Todo se debe a la adrenalina segregada en momentos de duda y peligro, que aunque un ejercicio dentro de la sala no va a llegar a esos niveles, si que el organismo lo toma como una amenaza a la que debe responder. Es por ello que los microciclos van cambiando constantemente de materiales y ejercicios. Se busca la mayor rentabilidad del tiempo dentro de tu organismo, por lo que si… estás en lo cierto… ¡manipulamos y jugamos con tus hormonas!

 

Por último y no menos importante, es la planificación de todos los microciclos para formar un macrociclo. ¿Qué significa todo esto? Realmente, en Natural Trainers trabajamos como una escuela. Es muy semejante puesto que se enseña con las instrucciones, se afianza con los correspondientes circuitos y su culmen en un examen llamado fase final. Además, durante todo el curso vas aplicando los conocimientos conseguidos para ir mejorando en la progresión de cada ejercicio. Porque comienzas aprendiendo como subir una cuerda y acabas haciendo virguerías a la hora de subirla, siempre y cuando el cuerpo nos acompañe. Es por ello, que desde que empieza la temporada en el mes de septiembre hasta que acaba en el caluroso mes de agosto, existe una progresión implícita en la dificultad de los movimientos y su realización, por lo que las sesiones se vuelven mucho más intensas y duras. Esto consigue una curva de mejora durante todo el año hasta llegar al pico, volviendo a empezar el macrociclo en la siguiente temporada. Se podría pensar que una vez llegas a completar la temporada, realizando todos los ejercicios habidos y por haber, se acaba la innovación y has terminado tus estudios, pero… ¿Crees que alguna vez se puede dejar de aprender? ¿Has pensado que mente maquiavélica hay detrás de toda la parafernalia descrita?