La flexibilidad

Increíble pero cierto. Un artículo único y exclusivo para hablar de esta capacidad corporal, que suele estar olvidada cuando, sin embargo, tiene bastante importancia dentro de la salud. Y la tiene por simples cuestiones ergonómicas. Si no eres capaz de llegar a tocarte los pies o lavarte la espalda fácilmente, tus indicadores de salud son, en cierta manera, alarmantes.

 

La problemática de la escasa flexibilidad puede provenir por diversas causas, ya sean posturales en cuanto a nivel articular, problemas neuromusculares o, aunque con escasa repercusión científica, limitaciones de la fascia. Yendo más lejos, nos atreveríamos a decir que el problema general de la población iría encaminado hacia la comodidad y su higiene postural. Se pasa demasiado tiempo sentado, augurando un acortamiento de los músculos posteriores relacionados con la cadera. Es además en esa postura en la que mas incitación se tiene a adelantar los hombros, por lo que el problema se expande hacia el tren superior. Y esto solo con estar sentado de manera simple. Añádanle vicios posturales extras, un buen número de horas acumuladas al día o el escaso tiempo para su contraprestación. El resultado es, sin duda, una bomba de relojería.

 

Para mejorar la flexibilidad, atendiendo a los factores sociales que la hacen entrar en el holocausto, tendríamos que cambiar la forma en la que actuamos normalmente Si antes hablábamos del tiempo que se pasa sentado, una de las pautas a seguir sería levantarnos del asiento cada 30 – 45 minutos, y si es posible, tener algo de movimiento para, entre otras cosas, activar la circulación sanguínea. También podríamos restar nuestra comodidad buscando la manera de trabajar de pie. Ya existen escritorios de trabajo de esta índole y resultan muy prácticos para ir modificando los patrones de conducta habituales. Siguiendo con los cambios a nivel de hábitos, uno muy importante sería adoptar el despertar perruno. En los caninos es muy habitual desesperezarse tras su sueño profundo, siendo una conducta, aparte de placentera, muy saludable para tensar los músculos en toda su longitud. Unos minutos tras el despertar nos vendrá muy bien para acometer los primeros pasos del día. Y por último, queda hablar de los estiramientos tras el ejercicio. Porque recordemos, no se debe estirar en el calentamiento.

 

La forma de estirar también tiene su intríngulis. Podemos trabajar de manera tradicional, es decir, con estiramientos estáticos. Son aquellos en los que mantenemos la postura tensa alrededor de 20 segundos con cierta molestia, aunque sin ser doloroso. Mientras se realiza, es un buen momento para trabajar la respiración y llenar los pulmones al máximo. Por otro lado, existe una técnica, llamada facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP), que combina el estiramiento tradicional con un trabajo isométrico del musculo. Gracias a ello, las ganancias en flexibilidad y fuerza en elongación máxima se vuelven muy interesantes para no llevarlo a cabo. Se trata de realizar un estiramiento mientras se ejerce, de manera voluntaria, fuerza isométrica por intervalos en el musculo sometido a tensión ya de por sí. Esto, a nivel cerebral, es un choque de trenes, del cual al final conseguirás inhibir al reflejo miotático, dejándote manejar la maquinaria a gusto del consumidor. Eso si, tened cuidado, operar así como así sin vigilancia, tiene cierto peligro. Por último, tocaría referirnos a los estiramientos dinámicos. Éstos sí podrían tener cabida en un calentamiento, ya que el musculo no llega a tener tal relajación mientras está ejerciendo cierta movilidad. Y es que este tipo de estiramiento se basa en realizar elongaciones musculares mientras existe un patrón de movimiento. Quizás, a nivel global, sea el más rentable de los tres, aunque existe poca evidencia científica sobre ello.

 

Por lo que, para finalizar, debemos recomendar lo siguiente. Si en tus calentamientos quieres añadir cierto estiramiento dinámico, estás procurando la movilidad y aumento de temperatura necesario para ir preparando el cuerpo para su cometido. Puedes volver a añadir este tipo de estiramientos en la vuelta a la calma, es decir, al final del entrenamiento, para ir relajando de manera gradual la musculatura. Pero si tu objetivo en esta parte final es relajar por completo, veríamos con mejores ojos al estiramiento estático, ya que la tensión ejercida durante el tiempo consigue mejores beneficios en cuando al descanso muscular. En cuanto a la FNP, es recomendable en pos de querer ganar una mayor flexibilidad en los casos mas imposibilitados. Pero, al ser tan arriesgado, es más factible realizarlo bajo atención de un profesional que pueda guiarte inicialmente. Ni que decir queda que tener mucha flexibilidad no es algo que sea funcional, sino más bien, todo lo contrario. Y es que, el futuro de un ente, consiste en el equilibrio de todo en cuanto lo forman.