Gramo arriba, gramo abajo

La sociedad ha llegado a un punto donde un aparato de baño que para si mismo se compra ocasiona malestar, pesimismo e incluso, miedo. Y es que aquellas personas que, entre dietas y horas corriendo por las calles, llegan a casa y su ilusión es ver bajar el peso de la señorita báscula. ¿Cómo despertar de tal pesadilla?

 

El terror de la concepción del peso es inducido por una sociedad que parece que quiere mantener engañada, disconforme y preocupada a todo aquel que le de cierta importancia. Solo hay que recordar cuando se utilizaba una báscula en la farmacia del barrio: “Peso: 54 kg; peso recomendado: 50 kg” Y la mayoría tomaba en serio la sugerencia. ¿Por qué no comentan que el peso añadido pueda ser por tener una musculatura más desarrollada? El musculo pesa más que la grasa en las mismas proporciones. Y aun así, si las sensaciones son buenas y se cree gozar de buena salud… ¿Por qué cambiar intentando adaptar la vida actual a lo que menciona la dichosa maquina? Lo mismo es por querer tener un cuerpo flácido y débil, la última moda en las pasarelas. Y dirán que hay cierto atractivo…

 

Una persona prácticamente sedentaria, si come bien y realiza ejercicio, sobretodo actividades físicas con cierto desarrollo muscular, mantendrá o ganará peso, a no ser que tenga un porcentaje graso alto, lo que implicaría una bajada considerable de kgs, pero lo más importante, es que subirá su metabolismo, implicando una actividad más notoria del cuerpo y, por lo tanto, un mayor consumo de energía.  Por otro lado, si esta persona se dedica a comer poco gracias a una de esas dietas tan exitosas que la vida moderna propone con productos light y bajos en grasas (nótese la ironía, por favor), aunque no acumule tejido adiposo, tendrá las consecuencias del déficit calórico: Hambre, reducción de la leptina, aumento del cortisol, etc. por lo que tendrá serias dificultades para quemar grasa en porcentajes bajos y lo que es aún peor, usará el musculo como fuente de energía y lo degradará. Nadie tiene en cuenta que el cuerpo se adapta a la cantidad de comida disponible, a las circunstancias del ambiente, a sobrevivir. Por lo que la naturaleza del organismo tenderá a guardar las pocas provisiones que le llegan, reteniéndolas con tal de persistir hasta que lleguen “tiempos mejores”. Entonces… ¿Conviene bajar de peso? ¿O mejor dejar huir de esta magnitud?

 

Natural Trainers busca un enfoque destinado hacia las emociones. Ellas son las que dictarán como se encuentra el estado físico propio y cuál es el grado de bienestar que produce. Comprobar la utilidad del sentirse bien, tanto física como mentalmente hará olvidar la referencia del peso, puesto que éste no es un indicador de salud. El medidor de salud es la capacidad de movimiento y de condición física. Si hay limitaciones al subir un quinto piso, no se tiene capacidad para saltar un charco o simplemente se tiene que pedir ayuda para transportar una bombona de butano, entonces el cuerpo tiene un problema, tenga el peso que tenga. Las limitaciones pueden no acentuarse y sin embargo llegar malas sensaciones con respecto al cuerpo, por lo que también es otra señal para trabajar y darle cuerda a la actividad física.

 

Para concluir: “El peso no nos concierne puesto que no pertenecemos a ninguna categoría de boxeo. No tenemos que destinar parte de nuestro valioso tiempo en ser un peso mosca, gallo o elefante. Debemos buscar la agilidad del primero, la actividad del segundo y la robustez del último para tener conciencia de que teniendo esas características, no importa lo que pueda decir una magnitud. No hay mayor peso para un ser humano que el de su propio potencial.”