El calentamiento

Uno de los factores que consiguen que nuestro servicio pueda ser más rentable económicamente, es haber eliminado los tiempos de calentamiento y de vuelta a la calma de las sesiones. Gracias a esto, el servicio es rápido y económico, pero a su vez, otorga cierta autonomía al sujeto, en cuestión a la hora de focalizar el trabajo inicial o final a su elección. Es decir, un calentamiento general no incide en ninguna zona en especial, y quizás si sea necesario darle un par de minutos de cariño previo a esa zona que, en particular, arrastra ciertas molestias. Lo mismo pasa con la vuelta a la calma, la cual dejaremos para otro momento.

 

El calentamiento previo a una sesión de trabajo es muy importante, de hecho, tanto como la propia sesión. El cómo rindas en las flexiones o escales el rocódromo va a depender de cómo realices tu calentamiento. ¿Por qué? Para un buen trabajo muscular se necesita calor corporal, y el movimiento previo al ejercicio conseguirá que la zona vaya aumentando la temperatura. Por otro lado, las articulaciones necesitan lubricarse, por lo que la movilidad de todos los puntos de cada segmento corporal es más que necesaria. En definitiva, necesitamos llevar más oxigeno y sangre a la musculatura para que cuando vaya a empezar el trabajo real, esté preparada y no se resienta por falta de acondicionamiento.

 

Movilidad articular, simulación de ejercicios de manera sencilla y… ¿estirar? Pues no. No se estira, siempre y cuando vayamos a someter al cuerpo a ejercicios de fuerza. Y como es improbable que no vayas a realizar ningún esfuerzo de este tipo, no estires. No se estira en el calentamiento. ¿Por qué? Sencillo, muy sencillo. Estirar significa relajar la musculatura, extenderlos más allá de su longitud, por lo que estás reduciendo su capacidad de contracción muscular. Y esto, se traduce en que cuando vayamos a realizar ejercicios tras los estiramientos, exista un mayor riesgo de lesión. Por lo tanto, y volvemos a repetir, no estires en el calentamiento.

 

Terminando con el tema que nos toca, solo queda reseñar el tiempo que podemos destinarle al calentamiento. De normal, se puede ir haciendo la movilidad articular mientras se anda o da pequeñas zancadas a modo de trote. Estos pasos deberían ir ampliándose a una pequeña carrera, sin llegar a ser una competición. Todo esto no lleva más de 5 minutos, por lo que no hay escusa alguna para poder realizarlo. Aparte, si alguna zona muscular está resentida, darle movilidad durante  3-5 minutos para prevenir dentro de lo posible es algo más que interesante. En definitiva, no olvides que nuestra base es la salud. Si el calentamiento te va a procurar un plus necesario, está más que justificado su aplicación a todas las sesiones que te toque realizar en la vida.