¿Hacer dietas? No hace falta, pero si que es cierto que las dietas son efectivas según qué parámetros y personas. Hablaremos de la alimentación en general y en particular.
Eliminar exceso de grasa suele ser
el factor primordial de una dieta, aunque muchos lo llaman perder peso. Esto es
algo muy relativo de lo que hablaremos más adelante. Otro objetivo codiciado y extraño, es ganar peso. No va en consonancia
con la teoría naturalista y con la función real de nuestro cuerpo, pero sigue
siendo un objetivo y tiene una meta como tal.
A la hora de que alimentos comer, empezaremos
con añadir verduras y productos frescos a la ingesta de grasa y proteínas
proveniente de carnes y pescados. El problema es que parte de estos alimentos
están tan industrializados que dejan de ser tan beneficiosos, por lo que no
recomendamos comprar alimentos en grandes superficies. Los mejores comercios
son aquellas carnicerías, pescaderías y fruterías de antaño. La base es lo natural, por lo que los mejores
alimentos que se pueden tomar serán aquellos no artificiales.
Sobre que no comer, tendríamos como
enemigo número uno al azúcar. Todo
producto excesivamente azucarados o con añadidos debería de estar exterminado
de tus alacenas y estantes de la cocina. Los siguientes productos serían
aquellos que hablan de calorías, como los light o bajos en grasa. Lo normal en
ellos, es que los ingredientes que suplen a los originales sean peores. Si teneis
curiosidad, buscad información sobre acido aspártico o los dichosos sulfitos.
Como recomendación, se consciente de
que nos quieren vender alimentos fabricados, con sustancias aromatizadas,
viciantes y que en términos saludables, no son rentables. Se consciente de que
nos han lavado la cabeza para que las grandes industrias tengan mayores ingresos a costa de gente “adoctrinada”.
Por lo tanto, si eres consciente de todo esto, remedia el asunto comprando
alimentos frescos, sean carnes, pescados o verduras. Si tu economía no lo
permite, intenta por lo menos eliminar tanto alimento procesado como te sea
posible, y sobre todo, el azúcar.
Nuestra opinión sobre cómo
alimentarnos, en cierto modo, difiere en algunos aspectos con respecto al dogma social. Queremos que tengáis
conocimientos sobre nuestra experiencia individual en base a la alimentación.
Ninguna es mejor o peor, simplemente es la que mejor se adapta a cada uno de
nosotros.
Es por esto, que Fran relata lo siguiente: Si se os
preguntara por el número de comidas diarias, contestaríais eso de que lleváis a
cabo las 5 o 6 comidas, que es mejor para que el estomago no pare de trabajar y
gaste más calorías. Podéis probar y ser consciente de las carencias de este mecanismo
de repostaje. Pasáis una buena parte del tiempo diario preparando comida y
luego comiéndola, realizando entrenamientos con cierta pesadez a causa de tener
siempre el estomago moviendo la maquinaria y limitando la vida con alguna que
otra recaída o malestar. ¡Si hasta dejareis de apreciar una buena comida al
hacerlo tan habitualmente! Lo ideal, lo sensato, lo natural, es comer solo
cuando apetece, cuando se siente hambre, cuando el cuerpo avisa de que hay que
repostar. ¿Y esto cuanto suele ser? Lo normal es que sean de 2 a 3 veces al
día, con unas posibles lagunas entre los lapsos de tiempo que los
consideraremos ayunos. Esta teoría tiene un pequeño problema y es la
convivencia con el estilo de vida de la sociedad actual. Normalmente, las
familias suelen sentarse a la mesa juntos, a una misma hora, por lo que la
sensación de hambre viene estipulada por esa hora. El factor más importante de
este número de comidas, por si os lo preguntáis, es la insulina. Al comer
tantas veces en ligeras ingestas, el pico de insulina se eleva momentáneamente
hasta que decae estrepitosamente, obteniendo cierta sensación de hambre al cabo
de unas horas. Lo más importante, estos altibajos restarán la capacidad para
quemar grasas. Por el contrario, si nos habituamos a las 2 o 3 ingestas
diarias, es importante saber que las cantidades de comida serán abultadas,
aunque tranquilos, el estomago se acostumbra fácilmente, y más cuando la
actividad física sea bastante alta. No podemos tener un déficit calórico a
causa de esta actividad puesto que nos reportaría lesiones. Lo más importante
es que recordéis que esta experiencia no es la panacea para todo el mundo, pero
sí que se os recomienda probarla durante un par de meses. ¡Ojo! Sigue siendo un
objetivo, nada de recaer, sobre todo al comienzo, que como todo en la vida,
cuesta más. ¡Ánimo!